martes, 15 de noviembre de 2011

Se cuida poco la seguridad de los chicos dentro del auto

Muchos no usan cinturón ni sillas especiales. De acuerdo a un relevamiento de 796 casos en Capital, el 19% de los chicos viaja en el asiento delantero, suelto o en brazos. Atrás, sólo el 21% va atado y apenas el 16% en butacas adecuadas.



Siempre llevo a mis chicos atrás y con el cinturón de seguridad puesto”. Así respondió una madre estacionada en doble fila en la puerta de un colegio de la Capital, cuando la encuestaron de Luchemos por la Vida mientras esperaba a sus hijos de 9 y 11 años. La sorpresa llegó minutos después. El nene más grande subió en el asiento delantero del auto y la hija menor se sentó atrás, pero sin cinturón . Esta fue una de las situaciones que encontró la Asociación durante un estudio sobre los niños dentro del automóvil, que consistió en observar 796 casos. El 19% de los chicos viajaban sueltos o en los brazos de sus padres en los asientos delanteros. Del 81% restante, cuando se observaron chicos de entre 4 y 10 años atrás, sólo el 21% llevaba el cinturón de seguridad colocado. Y apenas el 16% de los menores de 4 años estaba en una silla especial.
El relevamiento incluyó una encuesta a 420 padres. El 86% dijo que en sus autos tenía sillitas para sus hijos menores de 4 años y el 97% aseguró que las usaba . Mientras, el 70% afirmó que sus hijos de entre 4 y 10 años siempre viajaban en la parte trasera del auto y con el cinturón de seguridad.
“En la puerta de las escuelas, mientras parte de nuestro equipo entrevistaba a los padres, otros integrantes miraban después cómo llevaban a sus hijos en el auto –contó Alberto Silveira, titular de Luchemos por la Vida–. Los papás decían que llevaban siempre a sus chicos en las sillitas o con el cinturón puesto, según correspondiera, pero después no lo hacían . Es decir que saben cómo los tienen que llevar, pero no lo hacen. Eso muestra que aún no han tomado real conciencia de la utilidad del uso de los sistemas de retención infantil y del peligro al que exponen a los chicos al llevarlos sueltos en el asiento delantero, sin cinturón de seguridad o, a los más chicos, sin sillas especiales”.
El Código de tránsito porteño establece que en los autos los menores de cuatro años deben estar sujetos a un dispositivo de retención infantil. Y establece multas de $ 120 a $ 1.200 para los infractores. La recomendación es que, hasta los seis meses del bebé, la silla debe estar colocada mirando hacia atrás. También está prohibido transportar en los asientos delanteros a menores de 12 años, mayores de esa edad que midan menos de 1,20 metro, o niños en brazos. Mientras, la Ley Nacional de Tránsito ordena que los menores de 10 años deben viajar en los asientos traseros. “Faltaría reglamentar qué tipo de sillas especiales usar. También regular el caso de taxis o remises, para definir si tienen que contar con una silla o si los padres deben aportar la suya”, observa Silveyra.
La ley no es caprichosa. Según un estudio del CESVI, las sillitas de retención infantilreducen las lesiones en accidentes de tránsito hasta en un 70%. En Luchemos por la Vida, explican que cuando una persona viaja en auto, su propio cuerpo se desplaza a la misma velocidad del vehículo. En caso de una detención brusca, todo lo que no se encuentra atado, sigue su viaje hacia adelante y sólo se detiene cuando choca contra algo, ya sea el asiento delantero, el parabrisas o el asfalto. Si un auto que circula a 50 km/h choca, los cuerpos de sus ocupantes siguen moviéndose a esa velocidad y son impulsados hacia adelante por una fuerza que equivale a 40 veces su peso . Si no están atados, pueden salir eyectados del vehículo y su probabilidad de morir aumenta seis veces. “Del total de muertos en accidentes de tránsito en el país en 2010, se estima que el 6% son menores de 9 años”, asegura el informe de la Asociación.
Hace 15 días, en La Plata, ocurrió un caso sorprendente. Una madre circulaba en un Renault 12 llevando a su hija de dos años en el asiento delantero. En un momento, a la nena se le cayó un objeto y dejó su asiento para levantarlo. Pero como la chapa del piso del auto estaba rota, cedió, ella cayó al pavimento y fue arrollada por la rueda trasera del auto. La nena sobrevivió, aunque sufrió heridas graves.
“Me espanta ver la cantidad de chicos que van sueltos en los autos –comenta Silvia Gauna, madre de una nena de un año–. Hasta que mi hija tuvo seis meses, la llevaba en su sillita mirando hacia atrás. Para poder verla, instalé un espejo en la parte trasera del auto. Ahora la sigo llevando en su silla, pero colocada hacia adelante. Ella es lo que más quiero en la vida, ¿cómo no la voy a cuidar?”

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