lunes, 8 de septiembre de 2008

La mitad de los vehículos en Capital tiene los vidrios muy polarizados


UNA PRACTICA PELIGROSA QUE NO CUMPLE LAS NORMAS
Están prohibidos por ley porque aumentan los riesgos de accidentes, pero cada vez son más usados por seguridad o, en algunos casos, por elegancia. Como la norma permite cierta tonalidad, dicen que es una infracción muy difícil de controlar.


Aunque la ley lo prohíbe, cada vez circulan por la Ciudad más autos con los vidrios muy polarizados: según un estudio de una ONG, ya llegan a la mitad del total de vehículos. Tanto los conductores como los dueños y empleados de locales en donde se ofrece el servicio dicen que, quienes eligen polarizar los vidrios, lo hacen "por seguridad". Los argumentos son varios. Por un lado, muchos afirman que, como desde el exterior no se ve quién viaja dentro, si hay una sola persona en el auto, el polarizado es más seguro. También señalan que los vidrios polarizados son más resistentes y, ante un golpe, el vidrio se astilla pero queda armado. Y hay otros motivos, como el filtrado de los rayos de sol, que permite un mejor rendimiento del aire acondicionado. O simplemente una cuestión de imagen: para algunos, los vidrios oscuros son un símbolo de status o elegancia. Es por todo eso que el número de vehículos con vidrios altamente polarizados aumenta, a pesar de que la ley sólo permite un grado leve de polarización.

"Todos los autos que tuve tenían vidrios polarizados: ayuda a evitar el robo", señala Alejandro Martín mientras espera ser atendido en un local de Juan B. Justo y Warnes. A unos metros de allí, Ricardo Fernández cuenta: "Lo compré ya polarizado, pero me gustó porque ataja el sol, y de noche me siento más seguro. Igual, es un polarizado de los más claros". Pero ellos no son la excepción. Un estudio realizado en agosto por la ONG Luchemos por la Vida determinó que el 49% de los autos y el 52% de los transportes de carga que circulan por Capital tienen vidrios polarizados por encima de lo que permite la Ley Nacional de Tránsito (hasta un 25% de la transmisión luminosa en los parabrisas y hasta un 30% en los demás vidrios). Hace un año, datos de la misma ONG hablaban de 41% y 35%, respectivamente.

En Juan B. Justo y Warnes, hay varios locales que ofrecen el polarizado. Los precios varían según el auto. Uno chico puede costar unos $ 170, uno mediano $ 220, y uno grande o camioneta, $ 250 o más.

Para los especialistas, el aumento del número de vehículos polarizados es alarmante, ya que los vidrios muy oscurecidos aumentan los riesgos de accidentes. El informe elaborado por Luchemos por la Vida enumera las dificultades que provoca en el conductor el uso de vidrios oscurecidos por encima de los valores permitidos. En primer lugar, el polarizado disminuye la visibilidad hacia el exterior de quien lo tiene, y acorta y entorpece la visión del entorno, sobre todo cuando comienza a oscurecer y por la noche. Además, imposibilita la percepción visual de los demás conductores y así no se pueden anticipar maniobras, como sucede, por ejemplo, al ver que alguien maneja mientras habla por celular. También, los polarizados reducen la visión del camino que se logra al mirar a través de los vidrios de los vehículos que circulan delante. Y Eduardo Bertotti, del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), agrega: "También afecta a los peatones, que no pueden ver si el conductor está atento o no".

Por otra parte, algunos especialistas niegan que los vidrios polarizados ofrezcan realmente mayor seguridad. Fabián Pons, del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI), señala: "No hay registros que indiquen que el uso de vidrios polarizados es más seguro que el de vidrios comunes. Incluso, la Policía afirma que puede ser aún más inseguro porque, en un intento de robo, con vidrios oscuros pueden confundirse y malinterpretarse los movimientos de los ocupantes del auto".

Pero como la ley permite la tonalización de los vidrios hasta un cierto nivel, aplicarla se hace difícil. En marzo de 2007 la Ciudad determinó que la graduación correcta de los vidrios es la que permite distinguir a los ocupantes del auto a una distancia de al menos 30 metros. Pero lo cierto es que no hay control: la infracción no figura entre las diez más sancionadas en la calle. "Aunque está prohibido, no sólo no se lo controla sino que hay cientos de comercios que se dedican a eso", apunta Bertotti.

Fuente: Diario Clarín

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