Durante el verano se realizan muchos viajes, algunos que requieren largas horas al volante. Si el conductor no maneja en óptimas condiciones físicas, puede provocar un accidente. Para conducir se requieren muchos conocimientos y destrezas de modo de reaccionar en forma rápida ante un imprevisto.
Según advierten en la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), el cansancio es una causa importante de accidentes, principalmente de los que se registran en carreteras. Muchas veces es el agotamiento el que provoca que las funciones cerebrales no operen en forma óptima y que las capacidades físicas se vean gravemente alteradas.
Cuando la persona está cansada, ya sea por haber trasnochado, por llevar varias horas seguidas al volante, encontrarse bajo estrés o no sentirse bien de salud suceden algunos fenómenos: la percepción empeora, se deteriora la capacidad de juicio y la toma rápida de decisiones, se altera el humor y con él las reacciones, se afecta la coordinación y disminuye la concentración.
Para estar alerta y darse cuenta cuándo es el momento de detenerse, la Conaset detalla las fases y señales de cansancio que conviene tomar en cuenta. Primero se produce una falta de interés e indolencia, se siente la boca seca y frío. Luego vienen los bostezos y pesadez en los párpados, la velocidad se hace irregular y el conductor se desorienta. En las etapas críticas ya casi no se advierten los estímulos externos, los músculos de la nuca se relajan y comienzan las cabezadas. El sueño no puede dominarse ni con el máximo esfuerzo de voluntad. En ese momento, es mejor detenerse, tomar aire fresco, descansar y, si es posible, pasarle las llaves a otro.
Fuente: Paritarios
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